Musas, diosas de la inspiración - Mitología Griega 🌙✨

0

 




Personajes asociados a la naturaleza, el canto y la poesía, han tenido una presencia indudable en el arte desde sus inicios en la mitología griega. Musa es sinónimo de pensamiento, imaginación y creación, quizás como la manifestación del vínculo invisible entre el artista y la obra. No podemos olvidar que las musas, desde hace mucho tiempo, son recordadas como diosas de la inspiración.



Por: Rita Minerva





Musae: canción perpetua


"Cuéntame, musa, la historia del hombre de muchos senderos..."


· Homero, "La Odisea".





Las musas son 9 diosas de la mitología griega, hijas de Zeus -uno de los dioses más importantes- y de Mnemosine, la diosa de la memoria. Se cuenta que nacieron en el monte Olimpo, pero muchas fuentes repiten que son de la región costera de Pieria. En otras versiones, las musas son hijas de Zeus junto con otras ninfas, de las cuáles varía el nombre. 



Estos personajes representan la belleza, el talento, la expresión artística, el pensamiento, la creatividad... Pero sobre todo significan indirectamente -y también en todo sentido-, inspiración. Contaban con un canto inigualable, melodioso, armónico y mágico que era capaz de embelesar de tal manera que incitaba el arte, un talento que mostraban constantemente. Tenían tendencias artísticas y aunque no poseían poderes como los de otros dioses, compartían con ellos la inmortalidad. Desde que se mencionaron por primera vez su número ha ido cambiando, al principio solo se adoraba a 3, con el tiempo se volvieron 7 para terminar siendo 9, el número considerado actualmente. Hay una teoría muy curiosa que plantea que la hijas de Zeus no fueron las únicas musas, sino que hubo una generación antes de ellas, las cuáles habrían sido hijas de Urano (el cielo) y Gea (la tierra). Más adelante retomaremos este punto. 



Una de las cosas más bonitas y significativas acerca de las musas proviene de la raíz etimológica de su nombre que parte del griego antiguo: mousa o mousai que quiere decir canción o poema, -en latín la variación de la palabra es musae y tiene el mismo significado que en griego-. Por otro lado, la palabra música viene del griego mousike -el arte de las musas- mientras que museo entra en la ecuación desde su palabra griega, museion, en latín museum que en pocas palabras es una referencia directa para decir santuario de las musas o lugar de culto a las musas. Y no termina ahí. Todas estas palabras forman parte de la misma ramificación del nombre griego Mnemosine (en latín Minerva) que derivan al español de memoria y mente. Me parece impresionante cómo todos estos significados están conectados solo por las palabras y su origen. Definitivamente son una de las piezas del rompecabezas del pasado, le da un sentido particular.







Concretamente, las musas eran asociadas a distintos géneros poéticos y posteriormente se volvieron representantes de un arte específico cada una. Sus personalidades y habilidades artísticas se fueron definiendo con el tiempo y aunque tienen características similares, hay detalles que permiten distinguirlas -sobre todo en las pinturas-, empezando por sus nombres, que por cierto son hermosos:




Calíope: la musa de la poesía épica, la elocuencia y la belleza, es considerada como la más importante de las 9. Ha sido plasmada como una mujer de porte majestuoso y elegante, con una corona dorada de laurel (o guirnaldas) sobre la cabeza, una trompeta en una mano y un pergamino para redactar en la otra -en vez del pergamino también aparece con una tablilla o un libro.



Urania: Su nombre a veces es traducido como celestial›, es la menor de las hermanas y la musa de la astronomía. Se encuentra comúnmente representada vestida de azul oscuro, como el cielo, teniendo cerca un globo terráqueo y un compás. Porta una corona-diadema de estrellas plateadas muy característica mientras que bajo sus pies se encuentran instrumentos matemáticos pues se creía que conocía de las ciencias exactas. Teniendo muy en cuenta que para el mundo antiguo, los eventos celestes eran tomados como explicación tanto científica como mitológica, la importancia de Urania era mayor de lo que imaginamos. 



Clío: La musa de la historia, de quien se dice que, en la Antigua Grecia, su talento para explorar el pasado era visto como un arte sin lugar a dudas. Era vista como una muchacha elegante coronada con laureles, llevando un libro de Tucídides y una trompeta, dependiendo de la versión, un globo terráqueo y un reloj, para demostrar que la historia abarca todos los lugares y todas las épocas. A veces estaba acompañada de una guitarra ya que se pensaba que ella la había inventado. En representaciones más antiguas, Clío lleva un rollo de papiro en la mano izquierda y un caja para guardar rollos a sus pies. 



Euterpe: Musa de la música y la poesía lírica, es protectora del arte de tocar la flauta. Su nombre significa "la agradable" o " la que genera alegría" pero también podemos decir que significa "la que genera apreciación". Es representada con coronas de flores y con un instrumento en las manos: un doble flautín, violines, guitarras o tambores.



Terpsícore: Es la musa de la danza, la poesía ligera y la poesía coral. Su origen y atributos no están definidos por completo, pero desde la época clásica es representada cómo una joven esbelta, con aire jovial y actitud despreocupada. Su nombre se traduce cómo la que deleita, lleva guirnaldas de flores en su cabeza y porta una lira. 



Melpómene: Una de las musas del teatro, la de la tragedia, aunque inicialmente era la musa de la armonía musical y el canto. Se le representado como una mujer ricamente vestida, de mirada profunda y carácter fuerte. En las pinturas suele llevar la máscara de la tragedia, un cetro, una diadema y un puñal ensangrentado, detalles que varían con la obra. El mito cuenta que era arrogante porque podía tenerlo todo pero a eso se le sumaba la tristeza de la soledad porque no conseguía sentirse feliz. Personalmente, me parece una de las musas más interesantes. 



Talía: La segunda musa del teatro, la que se encargaba de la comedia, la poesía bucólica o pastoril, una joven risueña, mirada retadora y actitud astuta que vivía en el campo o los bosques y vestía como campesina. Llevaba sandalias especiales, una corona de hiedra como símbolo de su inmortalidad y un cayado de pastor. 



Polimnia: Musa de los himnos, cantos o alabanzas religiosas y sagradas. Poseía diversos conocimientos y era de carácter culto y espiritual. Es representada vestida de blanco, con un velo, recostada o pensando y con cadenas de sus manos para representar el peligro de creer ciegamente en algo. 



Erato: Musa de la poesía romántica, desde el Renacimiento es representada con coronas de mirto y rosas, una pequeña lira entre sus manos y, en algunas versiones, lleva una flecha de oro, como referencia a lo que inspira el romanticismo. Según Apolonio de Rodas, su nombre proviene de "Eros", el dios del amor, y aunque muchos les dieron un parentesco, no hay nada que los vincule. En algunas pinturas se ven dos palomitas comiendo a sus pies o acompañada de Eros, quien porta una antorcha. 



No tenían un hogar definido pero si lugares de reposo, sobre todo montes, templos y fuentes. Entre ellos los más conocidos son el monte Parnaso, el monte Helicón, el Templo Museion, la fuente Aganipe, la fuente Castalida -por la que las llaman Castálidas-, la fuente Hipocrene -por su historia dentro de un mito- y, por supuesto, el monte Olimpo, donde se encargaban de crear ambiente para otros dioses y deleitarlos con melodías y canciones. Gracias a su presencia ahí comenzaron a ser vinculadas a otras divinidades, de las que la figura más importante es la de Apolo, dios de la luz y las artes, quien es mencionado como su acompañante y maestro -en muchas versiones como amante de casi todas ellas-. A él se le atribuye, en parte, que ellas tuvieran un poder más: el profético, pues al acompañar al dios profético de Delfos, dicha habilidad se les facilitaba. Ligado a esto esta la creencia de que antes de ser llamadas musas, las 9 eran ninfas dividas de agua, elemento que según los griegos, otorgaba el don de la profecía. Esto último no dice que el motivo de dicho poder sea Apolo, y tiene cierto sentido ya que le daría una explicación al porqué frecuentaban fuentes o espacios con agua. También eran asociadas a Dionisio, el dios del vino, y por ende, a la poesía dramática (y al teatro, por añadidura).




"Apolo y las musas" de Baldassarre Peruzzi, 1514-1523, ubicado en Florencia, en la Galería Palatina, Palazzo Pitti.



Entre las personas de esa época se decía que, cuando las diosas de la inspiración y el arte sentían un aprecio especial por un mortal, se acercaban para susurrarles sus cantos. Los poetas y artistas pensaban que ellas los elegían para transmitir mensajes a otros por medio de sus obras y por eso mismo las invocaban cada vez que emprendían un nuevo proyecto. El culto a las musas se comenzó en las regiones de Tracia -ubicada al norte del mar Egeo, entre Grecia y Bulgaria- y Beocia -donde la capital es Libadia y su segunda gran ciudad es Tebas-, inicios que influyeron notoriamente en el desarrollo artístico de la Antigua Grecia, donde comenzó el impacto de las musas. Cualquier cosa dedicada a ellas se manifestó en grandes territorios alrededor de los siglos VIII - VII a.C. Por lo tanto, se tiene noción de que les ofrecían sacrificios en Esparta -para atraer suerte antes de las batallas-, eran incluidas en las ceremonias dedicadas a Hipnos (dios del sueño) mientras que en Roma compartían un altar junto a Hércules. En Ambracia tenían su propio templo adornado con sus estatuas y también eran veneradas en algunas escuelas de Atenas. Por otro lado, estaban altamente unidas al culto heroíco (específico para los héroes) y cuando se citaba a poetas importantes en grandes eventos, solían acompañarse de sacrificios en su honor.




Es de creencia popular que cada musa representa una de las artes clásicas, pero no es así del todo. Las 7 artes liberales -la gramática, la retórica, la dialéctica, las matemáticas, la aritmética, la geometría, la astronomía y la música, con su propia explicación detrás- han sido importantes desde la época helenista y romana en Grecia. Durante el Renacimiento, estas ideas regresaron con más fuerza, para pasar a formar parte de la educación de escuelas religiosas del mundo occidental. Casi a la par, el mito y la idea de las musas volvió a hacerse muy presente, y algunos estudiosos no tardaron en darse cuenta de la similitud que compartían ambos temas. Fue el escritor romano Marciano Capella quién los situó al mismo nivel, combinando los conceptos, simbolizando la presencia de la mujer (entre líneas la inspiración, lo etéreo y la belleza) dentro de las artes y ciencias que buscaban el despertar del conocimiento y la elocuencia entre las personas. Entonces el número original de las musas se redujo a 7 para que cada una pudiera ser la imagen de un arte distinto, adaptándose a las ideas del momento, aunque originalmente no era esa su función. Es una forma interesante de interpretarlo porque muchas mujeres no contaban con acceso a una educación digna o completa, por diversos contextos sociales, y que se viera a la mujer a la misma altura del arte, incluso si fue de forma indirecta, podía tener de fondo que ambas merecían ser respetadas y admiradas de la misma forma. Y yendo más allá, volvía a las mujeres representantes de la libertad de conocimiento. Lamentablemente, si este era el mensaje que quería ser entregado, ha hecho falta mucho más para que el mundo lo acepte. 




Nos damos cuenta entonces que la presencia de las musas no acaba en la Antigua Grecia, en realidad es solo el principio de lo que van a generar en los siglos siguientes, quedando inmortalizadas para siempre. Su papel tiene muchos significados y profundidades, uno que quiero destacar es el del poeta griego Hesíodo, quien les da un matiz nuevo al describirlas como figuras que creaban un equilibrio junto a su madre, pues por una lado Mnemosine es la memoria personificada y por el otro, se pensaba que las musas aliviaban el dolor e incluso te hacían olvidarte de los problemas con sólo escucharlas o verlas, por lo que Hesíodo planteaba que tenían una función más allá de la artística, quizás más relacionada a lo espiritual: explicar el contraste entre memoria y olvido que todos llevamos dentro.






Spirare: insinuar algo en el corazón de alguien



"Quién me diera una musa de fuego que os transporte al cielo más brillante de la imaginación..."


· William Shakespeare, prólogo de "Enrique V".



Ataud romano decorado con grabados de las musas. Autor anónimo. (Museo del Louvre). 



La palabra inspiración viene del latín spirare que significa soplar, respirar. Indirectamente significa darle vida a una idea. Hay quienes van más allá y lo traducen como insinuar algo en el corazón de alguien... un anhelo, un sueño, un intento. Con el pequeño secreto detrás de esta palabra reafirmamos la escencia original de las musas: inspirar, y todo lo que esto podía implicar.


Ahora entraremos en el mundo de las versiones y curiosidades, que nunca faltan en narraciones como la de los mitos y las leyendas, siempre puedes encontrar datos interesantes, diferentes o inusuales. Aquí repasaremos algunos. 



‣ Las musas no suelen tener un papel protagónico dentro de los mitos, usualmente solo son mencionadas como personajes secundarios, aunque hay algunos donde se destacan y cuentan con más importancia. Su primera aparición como grupo se hizo cuando los dioses Olímpicos ganaron la Titanomaquía -la guerra entre dioses y titanes- y ellas cantaron a coro. Otra historia cuenta que Pegaso, el caballo alado, fue quien con sus patas hizo brotar la fuente Hipocrene, donde las musas tienen un lugar de descanso, y ellas conviven con él. 


Hubo muchas personas que intentaron retar a estas diosas en duelos de canto, creyendo que podían ser mejores que ellas, pero el poder divino siempre los superaba. Uno de los más impactantes fue el que tuvieron con las Piérides, hijas del rey Piero, 9 doncellas que, confiando en su talento retaron a las diosas, lo que les termino saliendo muy caro pues estás al ganar las convirtieron en urracas, quitándoles la posibilidad de volver a cantar por su atrevimiento. Quizás el mito más conocido al que están vinculadas es al de las sirenas, un grupo de jóvenes hermosas con alas blancas que poseían grandes habilidades de canto, decidieron competir contra las 9 hijas de Zeus y en consecuencia de su soberbia les fueron arrebatadas sus plumas y las musas las desterraron. Jamás pudieron volver a volar. Las sirenas se volvieron moustros, humilladas y olvidadas, quedaron exiliadas en una isla, desde donde atraían a marineros desafortunados con sus cantos para devorarlos. Claro que sus voces tenían magia, pero esta se volvió oscura luego de tantos años en la misma condición. 


Detrás de todas estas historias, se esconde un mensaje sobre quienes poseen habilidades dignas de apreciar pero que no son capaces de tener humildad, su orgullo puede ser su sentencia. En estos casos todas recibieron crueles castigos, aún así la enseñanza aplica en ambas partes. Por un lado no puedes creerte mejor que los demás o superior a ellos por lo que sabes hacer, pero tampoco puedes creer que solo tú eres capaz de ser el mejor en algo.



‣ El filósofo y escritor griego Heródoto, nombro 9 de sus libros con el nombre de una musa diferente.



‣ Volviendo a la teoría de que hubo dos generaciones de musas distintas, esta dice que la primera generación estaba conformada por tres hijas de Urano y Gea, los primeros dioses. Se trata de Meletea, quien representa el pensamiento -las ideas-, Mnemea, la memoria, la creación -puede representar al autor- (por ella a veces se dice que Mnemosine formaba parte de las 3 musas originales, y luego fue madre de la segunda generación, es muy probable que se trate del mismo personaje), y Aedea (citada también como Aoide) representa el canto -la voz- y la interpretación. Juntas simbolizan el proceso de la creación artística, para los griegos antiguos que creían en ellas, formaban lo que se necesita para hacer arte poético. Se tiene muy poco registro de su presencia mítica aunque eran mencionadas en obras de arte con instrumentos musicales de ese entonces como la lira, la flauta o el barbitón y es gracias al historiador griego Pausanias que se tienen la mayoría de estos datos. Por otro lado, en Delfos se veneraban tres musas más, nombradas como las cuerdas de la lira: Nete, Mese e Hypate. 


Algunos pueblos creían en Aedea, Arque (comienzo), Meletea y Telxínoe (deleíte del corazón) como musas, y aunque se repiten dos nombres de la primera generación, no se tiene registro ni investigación sobre su papel en la mitología, aunque parece ser que Telxínoe era una sirena. A partir de aquí los cables se cruzan y las versiones comienzan a carecer de sentido o a alejarse demasiado del mito principal. De cualquier modo, es interesante analizar todas las posibilidades que se derivan de algo que aparentemente son solo historias... sobre todo tomando en cuenta que en Atenas solo le ofrecían ceremonias a 8 musas.




"El Monte Parnaso", por Edward Dodwell, 1821.




Safo de Lesbos fue una poetisa griega especializada en la poesía romántica, su trabajo más conocido es "Himno en Honor a Afrodita". Su obra se desarrolló en un ambiente donde era complicado que la mujer fuera reconocida por su conocimiento o su aporte artístico. Estuvo rodeada de polémicas y sus escritos fueron perseguidos por la Iglesia, ya que promovía el deseo femenino liberal, algunos aseguran que este estaba dirigido a mujeres, pero no está comprobado por completo. Platón la llamó "La Décima Musa" reconociendo su talento y habilidad. Tanto ella como Sor Juana Inés de la Cruz, poetisa mexicana, han llevado este título, un gesto interesante para enaltezer su capacidad y la belleza de su escritura.



‣ La curiosidad que menos tiene que ver con el arte de esta lista, y hasta es gracioso como se conectan cosas que no tienen punto de comparación, es que hay una planta llamada Musa, que forma parte de un conjunto de especies de platanares, incluso hay toda una familia de nombres científicos para ellas. Las más conocidas son la musa acuminata, la musa balbisiana y la paradisíaca. Son originarias del Mediterráneo, Medio Oriente, Asia y América, y su nombre deriva del apelativo árabe para referirse a la fruta, por lo que cuenta con cierta unión gramatical con las palabras que derivan de musa.



‣ El poeta y héroe de guerra italiano, Gabriel D'Annuzio, redactó una Constitución para su partido croata "Estado Libre de Fiume", donde invoco a Energeia como la décima musa. Esto resulta muy misterioso pues no hay ningún registro de una musa con ese nombre, en realidad es una referencia a un termino técnico usado en la obra de Aristóteles y que es la raíz etimológica de la palabra energía. Se traduce como realidad actuante, y el filósofo griego explica en su teoría que todo lo que nos produce una sensación agradable es porque tiene una conexión hecha de energía en sí misma con la mente. Es así que esta es una anotación interesante, porque entonces tanto D'Annuzio como otros consideraban la energía una fuerza capaz no solo de inspirarnos sino también de ser arte intangible. No es más que simbólico, en el contexto podemos suponer que es una forma del autor de proteger las ideas que iba a plasmar, una creencia propia, pero no deja de ser otra de las muchas capas, por más pequeña que sea, dentro de la fantástica enredadera del mito de las musas.






El Gabinete de las Musas: el paso de la inspiración por el arte






Las musas me han inspirado... Esa era una frase recurrente entre las personas griegas, quienes la usaban para expresar que habían escuchado el canto de las musas y estas les habían brindado claridad sobre una idea o situación. Otra expresión para referirse a los artistas era Alumno de las musas, pues aprendían de lo que ellas tuvieran que decir, y si se creían inspirados consagraban o dedicaban sus trabajos a ellas. Antes comentábamos que muchos en la Antigua Grecia creían que las musas les manifestaban lo que ellas querían que plasmaran de alguna manera para hacerlo llegar a otros, por eso se tomaban su papel de vehículo muy en serio. Esta pequeña gran creencia dio paso, con el tiempo, a la percepción de que todo aquello que te brinda inspiración es una musa y se volvió un término idílico, platónico y hasta idealizado. Así, la idea de inspiración se volvió prácticamente un sinónimo de musa, el objeto de dicha inspiración. Por eso, quien despertaba ese sentimiento en un artista se le consideraba su musa. Y de esta manera las musas comenzaron a tener otro tipo de protagonismo en el arte.



El paso de las musas por el arte es un camino lleno de paradas, una de las primeras es desde la cerámica y la escultura. Entre el siglo V y VI a.C era común que se encontrarán figuras de cerámica roja o negra con tallados y dibujos de escenas míticas, incluyendo a las musas. Alrededor del siglo V a. C la mujer ideal en el arte griego se acercaba mucho a la idea que estos tenían de las musas, ya que eran un equilibrio entre belleza y misterio. Es en el 325-300 a. C que vemos uno de los vestigios más antiguos de este grupo de hermanas: tres relieves de mármol de la base de una estatua que se conservan en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Por otro lado, muchas mujeres de la alta sociedad solicitaban ser retratas -en pinturas- como una de las 9 musas, esta era una forma de señalar que desde su lugar social eran inalcanzables o muy capaces por su inteligencia, también se usaba para dar el mensaje que desde esa posición de poder podían ser protectoras del arte o aportar algo a su preservación.



Como sabemos, fue durante el Renacimiento -y el periódico del Romanticismo- que las musas volvieron a tener un notable impacto social. En esta época encontramos importantes contribuciones del arte inspirado en ellas, que se combina con el pasado. En el arte romano, renacentista y neoclásico, las diosas solían ser representadas en esculturas o pinturas, con detalles de atributos y características diferentes que permitían distinguirlas de acuerdo al arte de les correspondía. En algunas de estas aparecen con plumas sobre sus cabezas aludiendo a su competencia con las sirenas. Además, muy comúnmente eran dibujadas acompañando a Apolo. Algunos autores escriben que, como cada musa era una especie de personificación del arte en el que enfocaba, se puede decir que las musas son arte en sí mismas, metáfora que continua contribuyendo a completar el rompecabezas de los múltiples significados detrás del mito.




Todo esto nos ha llevado hasta este momento. El mito de las musas nace de intentar explicar la necesidad de crear o contar algo, la necesidad de inspiración. Ellas simbolizaban todas la formas de pensamiento científico y artístico y su existencia buscaba comprender como surgía la enigmática y magnética fuerza que es la inspiración, lo difícil que es conseguirla y su impresionante forma de encender una idea. En sí es un concepto abstracto, no es tangible, pero es real, existe y esta presente en todos. Al mismo tiempo, con este mito se le añade una razón detrás de esos momentos de claridad y paz que algunos son capaces de disfrutar y percibir. 


La presencia de las diosas de la inspiración y sus constantes menciones le dan énfasis a la importancia de apreciar las manifestaciones de la belleza artística, pues esta encierra un gran tesoro cuando la razón detrás es un sueño, o el solo hecho de la curiosidad.




"Poetas bebiendo de la fuente Castalia", por Heinrich Füger, 1790. Óleo sobre lienzo, 88 cm x 88 cm.    



En 1776, el astrónomo francés Jerome de Lalande fundó una logia masónica -una agrupación- que radicaba en Francia, llamada "Les Neuf Soeurss", que significa "Las 9 hermanas", como una referencia directa a las 9 musas griegas. Como grupo tuvieron una participación activa en el apoyo francés a la revolución estadounidense y también brindaban servicio en actividades religiosas. Algunos de sus miembros más importantes fueron Voltaire, Benjamín Franklin, Claude-Joseph Vernet, Jacques Montgolfier, entre otros. 




En nombre de la musa de la astronomía se crearon muchos grupos de investigación científica, incluyendo temas que se alejan de la ciencia y se acercan más a las supersticiones. Pero también sabemos que su nombre ha sido usado para nombrar observatorios astronómicos en distintas partes del mundo como los que están ubicados en las ciudades europeas Berlín, Viena, Zúrich y Amberes. Esta vez solo hablaremos de uno, que ya no existe pero de haberlo hecho sería un patrimonio mundial increíble. Se trata de el Uraniborg, un observatorio astronómico, que también tenía un laboratorio de alquimia y que fue pensado por el astrónomo danés Tycho Brahe entre 1578 y 1580. Se construyo con el financiamiento del rey Federico II de Dinamarca, estaba ubicado en la isla danesa de Ven. Su diseño era impresionante, tenía forma de castillo por fuera y el piso de los jardines estaba cuidadosamente diseñado con patrones geométricos de plantas y hierbas, las habitaciones eran lujosas, con pinturas y cuadros en cada una e instrumentos colosales para quienes fueran allí a estudiar. Llego a ser tan importante que contaba con su propia imprenta para publicar los resultados de sus investigaciones. Su nombre significa "Castillo de Urania" en sueco. 



Posteriormente se construyo el Stjerneborg (que significa "castillo de estrellas") pues Tycho Brahe pensaba que necesitaba un lugar más amplio para guardar todos los instrumentos de medición que se necesitaban. Su proyecto se vino abajo cuando en 1597, el científico dejó de contar con el apoyo de la realeza y tuvo que abandonar la isla dejando todo atrás. Ambos edificios quedaron en ruinas, expuestos a saqueos contantes y con el tiempo todo lo que hubo allí alguna vez desapareció. Muchos años después, en 1671, La Academia de Ciencias Francesas envió al astrónomo Jean Picard para que localizara los vestigios de aquellos majestuosos edificios, pero luego de una extensa búsqueda, este aseguró que su equipo tuvo que excavar para solo encontrar los cimientos. Es triste porque si hubiera perdurado, seguramente tendría una huella muy valiosa en la historia, y lamentablemente quedó como otro de los lugares que son fantasmas del pasado. Por su parte, Tycho Brahe jugó un papel importante en la física danesa y se han nombrado algunas cosas en su honor, como el planetario de Copenhague, una supernova, un asteroide, un astroblema lunar y un cráter en marte.  




Planos del Uraniborg.


Acuarela del palacio y los jardínes.


Vista del edificio principal del observatorio


Stjerneborg



. . .



De la misma forma, en el arte hay inmensidad de obras dignas de mencionar, al no poder encontrar todas, para finalizar aquí hay una breve compilación de las que vuelven la imaginación de las musas una realidad. 



. . . 




"Calíope según Ajello" Lienzo de la musa Calíope según Euticho Ajello sobre papel, mitades del siglo XVIII (Museo del Prado, España).




"Las musas Erato, Polimnia, Urania y Calíope" por el grabador Audran Benoit y el dibujante Nicolas de Largillière. Agua fuerte y buril sobre papel verjurado, 440 x 290 mm, 1719.




Urania, Terpsícore, Talía, Clío y Polimnia, esculturas de las musas de autor anónimo. (Museo del Prado, España).



"Capilla Strozzi, dos musas con una lira y las máscaras de la tragedia y la comedia", referencia a Melpómene y Talía, por Filippino Lippi, 1487-1502 (Florencia, Santa Monia Novella). 



"La Musa Calíope", por Charles Maynier.



"La Historia", musa Clío, 1450, por Agustino di Duccio (Rimini, San Francisco)




"Clío", por Pierre Mignard.



"Clío, Talía, Terpsícore", por Giovanni Santi y Timoteo Viti. (Florencia, Galleria Corsini)



"Melpómene", por Nicholas-René Jollain




"Las musas Urania y Calíope", por Simón Vouet.



"Clío, Euterpe y Talía", por Eustache Le Sueur, óleo sobre tabla, 130 cm x 130 cm. Pieza del Gabinete de las Musas.




El Gabinete de las Musas es una serie de 5 pinturas hechas por Eustache Le Sueur sobre las musas, que actualmente se encuentran en el Museo del Louvre. Son cuadros que dieron pautas para los años siguientes, en la evolución artística de técnicas. Es por eso que este apartado tiene su nombre, hay mucho que puede ser observado solo con el arte, en cualquiera de sus manifestaciones.




. . .





Esta investigación ha llegado hasta aquí. Muchas gracias por adentrarte en los extensos secretos que guarda esta historia, la inspiración siempre ha estado presente en todo los sentidos por lo que es un tema que no deja de ser llamativo. 




¿Alguna vez has escuchado el canto de las musas?

¿Cómo lo describirías? 🌙✨




"Helicón"/"Visita de Minerva a las Musas", por Joos de Momper, primera mitad del siglo XVII. (Museo Real de Bellas Artes de Amberes).


Tal vez te interesen estas entradas

No hay comentarios