El corazón que busca su destino: El colibrí y las leyendas que lo rodean

Hecho de jade, tesoro ancestral, esta enigmática ave se encuentra rodeada de creencias que lo vinculan a lo mágico, a lo atemporal y a la dualidad entre vida y muerte. En América abundan sus historias, y en esta ocasión viajaremos entre ellas para apreciar todo su misterio.

Por: Rita Minerva

Mensajero de instantes

El colibrí es una pequeña ave endémica del continente americano. Existen más de 300 especies documentadas hasta ahora y al menos 57 de ellas se encuentran en México según datos de la CONABIO (Comisión Nacional para el conocimiento y uso de la Biodiversidad), 163 en Ecuador, 135 en Colombia, 51 en Costa Rica y 19 en el Caribe. Sus preciosas plumas los hacen notoriamente únicos y a lo largo de los años se han creado muchas leyendas y creencias a su alrededor, como queriendo explicar la existencia de un ave tan pequeñita, elegante y delicada. Curiosamente, el ave más pequeña del mundo es una especie de colibrí llamada zunzuncito, pues mide 6 cm, tomando en cuenta el pico. Las capacidades físicas de un colibrí promedio son muy interesantes: tienen más velocidad -y un cerebro más grande- de lo que se espera para un animal de su tamaño, tienen excelente memoria para recordar rutas o flores y toman su propio peso en néctar al día, por eso es usual verlos en constante movimiento. En reposo pueden alcanzar un ritmo cardíaco de entre 500 y 700 por minuto mientras que en estado activo pueden llegar a 1,200. Son capaces de volar en todas direcciones, siendo la única ave que puede volar hacia atrás. Hay quienes señalan que su aleteo forma un 8 y por eso se le relaciona al infinito.

Gracias al estudio de la bióloga Mary Stoddars de Nacional Academy of Sciences se sabe que pueden ver colores que nosotros no podemos percibir, es decir que tienen visión tetracromática. Debido a su particular estructura ósea, no pueden caminar pero sus patas le sirven para agarrarse o sostenerse. Tienen plumas iridiscentes, eso significa que la luz rebota en ellas produciendo muchas tonalidades diferentes, lo que que es completamente asombroso. Los colores que más se destacan en su plumaje son los azules profundos, verdes azulados y morados profundos, pero siempre hay variaciones.

En la cultura popular mexicana se le conoce de diversas formas: picaflores, quindes, pájaros abeja... Se dice que los primeros europeos que lo vieron lo llamaron pájaro mosca. Para los mayas su nombre era "ts' unu ' um", ya que nombraban a los pájaros por el sonido que producían o al que lo asociaban. En huasteco se le dice "tzunún" y en tonateco "jun". Desde la mitología azteca, el nombre Huitzilopochtli se traduce recurrentemente como "colibrí zurdo" o "colibrí del sur", aunque otra interpretación dice que el nombre de este dios azteca significa "siempre en movimiento con nuestro corazón" que puede ser una metáfora del corazón que siempre busca su destino. Y tiene sentido, cuando al colibrí se le considera un mensajero de almas, para el pueblo mexica un ave que puede volar a las 6 rumbos del universo y que esta altamente relacionada a la capacidad de alcanzar tu propio destino.

Arte y literatura: El alma que vuela

Colibrí negro (Florisuga fusca)

Dentro del arte siempre encontrarás manifestaciones de todo lo que nos puede hacer sentir algo, esta no es la excepción. El colibrí es inspiración para muchos artistas y constantemente puedes verlo representado en pinturas o artesanías, tiene una presencia visible en lo artístico. Algunas de las más destacadas o conocidas son las siguientes:

· Poema "La Exclamación" del poeta mexicano Octavio Paz, donde en uno de los versos hace una mención al colibrí.

· Libro "Kunstformen der Natue" (Obras de arte de la naturaleza, 1899-1904) del naturalista y filósofo alemán Einst Haeckel, donde incluye una detallada ilustración con variedades de colibríes.

· "Orquídea y colibrí" pintura del pintor estadounidense Martin Johnson Heade, quien incursionó en la rama del luminismo americano.

· "El colibrí y la flor" de Silvio Rodríguez. Es una canción popular -mayormente- en Sudamérica.

Imagen de la pintura "Orquídea y colibrí"

Lamentablemente, así como existen quienes aprecian la naturaleza y lo transforman en arte, también hay quienes se aprovechan de ella de múltiples formas. Incluso actualmente, en algunas zonas abunda la captura de colibríes para decorar objetos con sus plumas o hacer talismanes.

El colibrí de jade

Definitivamente este animalito tiene un papel importante en la cultura y cosmovisión de muchos pueblos. Entrando al área de las leyendas hay detalles muy curiosos, con varias similitudes, de modo que todo se une de alguna manera. Hagamos un recorrido.

En México tenemos mucho que decir al respecto, empezando por la leyenda maya llamada "El colibrí de jade". Esta leyenda dice que después de la creación del mundo y todos sus seres, cada uno con una misión específica, los dioses se dieron cuenta que no habían creado una criatura que llevara los pensamientos y deseos de un lugar a otro, de una persona a otra. Por ello utilizaron un pequeño trozo de jade en forma de flecha para crear al colibrí. Intentaron contenerlo y darle ordenes pero este era tan pequeño y rápido que supieron que nadie debía dominarlo, pues estaba hecho para ser libre, una sentencia poderosa. Entonces declararon que quien intentará atrapar uno sería castigado, se cree que a eso se debe que no haya colibríes en cautiverio actualmente. Es así como surgió el puente y mensajero de los pensamientos y anhelos entre mortales e inmortales, y se dice que si un colibrí vuela sobre tu cabeza... Es porque llevará tus pensamientos a alguien más cómo un mensaje. Es una encomienda hermosa.

Por otro lado, en la cultura azteca, el dios del sol y la guerra, Huitzilopochtli, era asociado con el colibrí debido a que en la leyenda de su nacimiento este fue anunciado con una pluma de esta ave. Precisamente por esta relación, los colibríes son vistos como aves guerreras o representantes de la guerra y la resurección, pues tanto los mayas como los aztecas creían que los guerreros muertos en batalla reencarnaban en colibríes -algunas fuentes lo citan como muerte en la noche, vida y resurección en el amanecer-. A su vez, una creencia común es que si un colibrí esta cerca de ti, es porque son tus seres queridos que han fallecido, visitándote, o que vuelven para despedirse. Esto último se repite en los Andes -cordillera de montañas que atraviesa 7 países de América del Sur- y en el pueblo guaraní -que se encuentra en Argentina, Brasil y Paraguay-.

Para el pueblo Yanomami -dividido entre Brasil y Venezuela-, los colibríes ayudaron a esparcir la planta de tabaco por el mundo, a partir de un hombre que la recibió de una deidad, y que al masticarla y escupirla en el suelo, hizo crecer más. En la otra punta del continente, en Norteamérica, los colibríes eran conocidos con el nombre "Sah Sen" y simbolizaban la inteligencia, la belleza, el amor y la amistad. Según esa creencia, le avisaban a las personas sobre cosas que podían ocurrir y su imagen representaba la buena suerte. Los Ohlone, pueblo de la costa californiana -San Francisco-, tenían un mito sobre como el colibrí les consiguió el fuego.

Y si te lo estabas preguntando, también tienen un simbolismo religioso detrás, hay quienes dicen que son mensajeros del cielo para acompañar a las almas en su camino y que su existencia y vuelo tiene ese único propósito. Esta parte espiritual se une a la creencia de que las almas se quedan en los pétalos de las flores y los colibríes las recogen, lo cuál es bastante similar a una leyenda mexicana sobre las mariposas monarca, que cuenta que las almas que se encuentran en las flores suben a las alas de los mariposas para hacer un último viaje.

Por último, en Perú hay vestigios de vasijas y recipientes con figuras de mujeres acompañadas de colibríes, lo que significa que tuvieron una presencia en varios lugares del país. Uno de los datos más interesantes para mí de esta investigación es que, una de las figuras de las líneas Nazca, pueblo peruano con un emblemático misterio, es un colibrí. Mide 96 m de largo y 66 m de ala a ala. Además, esta figura esta basada en la especie "colibrí ermitaño" que vive en las laderas de los Andes.